Trasfondo de Final Fantasy IX
Aviso al lector: Esta entrada contiene "spoilers" importantes sobre toda la trama del juego, te recomiendo que lo juegues antes de leerla o podrías estropear tu experiencia.
Dado que en la entrada anterior hablamos del apartado más técnico y de la historia y personajes de Final Fantasy IX, vamos a ir directamente a ver que hay detrás de la "simple" historia del juego.
Más allá de la típica historia de un villano que trata de destruir o conquistar el mundo y de unos héroes elegidos que tienen que frustrar sus planes y devolver la esperanza y la paz mundial, este juego nos presenta unos personajes complejos, completos, con valores y con una evolución impresionante a lo largo de todo el juego. En el juego se tratan infinidad de temas: La amistad, la lealtad, la soledad, el honor, la falsedad, el deber, el olvido y muchos más... Pero por encima de todos, la verdadera esencia de este juego, lo que más hace evolucionar a los personajes y lo que los tortura, es la muerte.
La muerte esta presente durante todo el juego. Algunos ejemplos son: el supuesto sacrificio de Blank al principio del juego y la posible muerte de la banda Tantalús. La muerte del padre de Garnet, que sucede antes de los acontecimientos presentados en el juego, la muerte de su madre traicionada por Kuja. Amén de la destrucción de Burmecia y Cleyra, con todos sus habitantes, a manos de la reina Brahne y su ejercito. De principio a fin el juego esta rodeado de muerte y esta está especialmente relacionada con los personajes principales.
Pero para hablar de la muerte en Final Fantasy IX nos centraremos en el mejor personaje de la saga y posiblemente de cualquier videojuego (al menos para mi); Vivi Ornitier, el cual, paradojicamente, no es humano, si no un muñeco creado a partir de niebla y que está envuelto en filosoficos pensamientos sobre la vida y la muerte.
Kuja creó, a partir de la niebla, una serie de muñecos para formar un ejercito. Estos muñecos no son más que maquinas de matar sin sentimientos, o al menos eso es lo que parece al principio. Vivi es uno de ellos, uno especial, dotado de más "calidad" por decirlo de alguna manera. Es capaz de tener sentimientos, razonar y "vivir" durante más tiempo. Durante su transporte al castillo de Alexandría, Vivi cae del barco volador que lo llevaba y termina en el mar, de donde es pescado por un miembro de la raza Qu llamado Quan y al que Vivi tratará como su abuelo.
La relación de Vivi con la muerte empieza siete días antes del principio del juego, cuando el abuelo Quan muere o, bajo la inocente e ingenua visión de Vivi "deja de moverse". Ya que al ser "un niño pequeño" Vivi todavía no entiende lo que es la vida y la muerte.
Tras unas horas de juego, llegaremos a la aldea de Dali, lugar en el que fabrican muñecos para el ejercito de Alejandria y en el que Vivi tiene la traumática experiencia de ver como los crean a partir de niebla y como su aspecto y el de los muñecos es casi idéntico. A partir de este momento, nuestro querido mago negro, emprenderá una lucha contra su propia existencia y el porque de su vida.
Si seguimos avanzando en la historia llegaremos a otro punto crucial en el desarrollo de Vivi, la Aldea de los Magos Negros. Este pequeño reducto fue creado por una serie de magos negros del ejercito de Kuja, que al igual que Vivi no son simples maquinas de matar sino seres con sentimientos y raciocinio. El momento traumático para Vivi llega cuando visita el cementerio de la aldea, en ella descubre que todos tienen una fecha de caducidad y se pregunta si a él también le llegara ese momento... El líder de la aldea le dice: "Algunos duran más, otros menos, pero lo que es seguro es que todos tienen una fecha de caducidad".
Todos los personajes experimentan sus personales experiencias cercanas a la muerte de familiares o seres queridos y finalmente, después de derrotar a Kuja en el mundo cristalino aparece el verdadero enemigo final de Final Fantasy IX, aquello contra lo que los personajes han estado luchando durante toda su aventura... La muerte, representada en el juego por Tiniebla Eterna.
Este ultimo jefe, a pesar de lo que muchos piensan, o lo que se puede pensar cuando se juega por primera vez si se es joven, no es un jefe final de relleno, es un jefe que aparece del miedo que todo ser humano tiene a la muerte. Y el combate, más que un combate es una alegoría que representa que las ganas de vivir de los personajes es superior al miedo a la muerte. El temor a la muerte es algo inherente al ser humano, y Tiniebla Eterna planea destruir todo el mundo para volver a la nada, para que, al no haber vida, no haya miedo a la muerte.
Después de derrotar a Tiniebla Eterna disfrutaremos de las mejores escenas que he visto en un videojuego, en las que, acompañadas por una carta escrita por Vivi antes de "dejar de moverse", veremos como han acabado todos nuestros personajes y como se reúnen y superan su miedo a la muerte.
Final Fantasy IX es un juego que nos enseña, entre otras muchas cosas lo importante que es la vida, vivirla, compartirla y disfrutarla con nuestros seres queridos y exprimir hasta el final cada segundo, es una alabanza a la vida. Una verdadera obra de arte que recomiendo a personas de cualquier edad, mucho más allá de un videojuego, Final Fantasy IX es una manera más de aprender a vivir. Como dice el protagonista del juego: "A todos nos llega la hora, pero no está bien que elijamos morir".
Para terminar os dejo la emotiva carta escrita por Vivi a sus compañeros:
“Cada día, les hablaba de Yitán… Les contaba cuánto
nos había ayudado…
Y que nos había enseñado la importancia de vivir…
No importa cuánto vive uno… sino cómo.
Eso lo aprendí de vosotros.
Me enseñasteis que la vida no tiene sentido si no nos
ayudamos unos a otros.
Separarse no es algo triste, ¿verdad? Aunque estés
lejos de alguien, puedes sentir su presencia en tu corazón.
Es otra cosa que aprendí de vosotros…
Yo no sabía para qué había nacido…
Ni qué quería hacer con mi vida.
Vosotros me ayudasteis a averiguarlo.
Vivir haciendo sólo lo que a uno le gusta es más
difícil de lo que parece…
Os admiro porque siempre habéis sido fieles a vuestros
propios sentimientos.
Lo único que no me enseñasteis es qué hacer cuando me
siento solo….
Supongo que eso lo tiene que averiguar cada uno por su
cuenta…
Me alegro tanto de haberos conocido…
Me hubiera gustado vivir más aventuras con vosotros…
Pero… tarde o temprano habría llegado el momento de
separarnos.
Gracias…
a todos…
ADIÓS….
Mis recuerdos… me acompañarán en el camino…”